martes, 15 de marzo de 2016

El clásico de la semana es...

   
     El clásico de esta semana solo podía ser el hermoso regalo que me ha hecho Rafael Escobar Sánchez. Quizás sea demasiado joven para ser considerado un clásico (tanto él como su poema), pero, como está inspirado en en el cuento La Reina de las Nieves, creo que no desentona del todo en esta sección. Una vez más (y con tu permiso): gracias, gracias, gracias, Rafa. 

LA REINA DE LAS NIEVES

(A Juan Senís Fernández)

Como Kay, crecí en el dominio de hiel de una espina,
hacia dentro, por la raíz impura del odio
mientras el corazón
se me iba volviendo una masa de hielo amargo,
rechacé el abrazo de serena caridad de mis amigos,
maldije a mis padres
por hacerme dueño de una vida
que profané haciendo voluntario el acaso de su fatalidad,
me mostré impotente, sin ganas ni valor ante el placer,
como un pretendiente tímido
que se arrodilla ante el peso de la majestad que lo deslumbra,
vagué mi firme extravío por senderos,
por palacios vacíos como geometrías desmedidas,
rumiando mi destierro como otra flor ensimismada
de un jardín cuya belleza fue gracia opaca,
repudié el amor, no supe
probar del néctar ofrecido de los cuerpos
mientras creía traducir su aliento en signos
que solo fueron raspaduras en la aridez de un bacalao seco,
suscribí la maldad como solo pudiera un hombre
y este fue mi rastro de herencia,
el abuso de cuantos extravié en la locura
por arriesgar la hazaña inútil de redimirme,
Gerda girando como la órbita de una estrella quebrada,
embelesada en su propio delirio
entre las tumbas de los caballeros de la reina.

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