domingo, 6 de marzo de 2016

El clásico de la semana es...

     
       Este es un año lorquiano, por varias razones, y una de ellas es el protagonismo que ha tenido la película La novia, basada libremente en Bodas de sangre. Aunque estrenada a finales del año pasado, sin duda ha adquirido más repercusión en los últimos meses gracias a sus doce candidaturas a los premios Goya, de los que solo se llevó dos, merecedísimos: el de mejor actriz de reparto para la veterana Luisa Gavasa y el de mejor fotografía para Miguel Ángel Amoedo. 
       La novia es una película que puede gustar o convencer más o menos, según el espectador sea capaz de entrar o no en su peculiar apuesta simbólica y arquetípica, pero no se le puede negar a su directora, Paula Ortiz, haber elegido una opción estética particular y original para (re)crear un universo tan peculiar también, pero ya bastante conocido y hasta gastado, como el lorquiano. 
       En uno de los momentos más importantes de la película, la celebración de la boda, Inma Cuesta demuestra que es tan buena actriz como cantante interpretando con sensualidad y un contenido desgarro La Tarara, uno de los poemas más conocidos de García Lorca. Escrita a partir de una canción popular, sirvió también de inspiración a Isaac Albéniz, quien la usa como tema en Corpus Christi en Sevilla, una de las partes de su suite Iberia. 
       Los versos del poema dicen así: 

La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.

Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.

La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.

Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.

Ay, Tarara loca.
Mueve, la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.

       En este enlace se puede ver el vídeo de Inma Cuesta y en este otro acceder a una versión de la pieza de Albéniz tocada por la gran Alicia de Larrocha. 


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