viernes, 28 de noviembre de 2014

El clásico de la semana es...

 
Para Paula, que tanto sabe de ratitas, hormiguitas y cucarachitas

     La ratica presumida, una graciosa y ágil versión en versos hexasílabos del famoso cuento en la que la ratica, llamada Blanquita, se casa con el gato y, después de ir de viaje de novios a Italia y Francia, "escapa asustada", cuando ve que su marido rechaza el pescado que le ha preparado para comer porque prefiere "ratica guisada". 

Bacallao López, Odalys (ed.) y Fonseca, Yahilis (il.), La ratica presumida, La Habana, Editorial Gente Nueva, 2014.   

martes, 25 de noviembre de 2014

La reina de Turnedó



Sánchez, Gloria (texto) y Otero, Pablo (ilustraciones), La Reina de Turnedó, Pontevedra, Kalandraka, 2014.

      Como ya dejé de manifiesto en una entrada publicada en este mismo blog hace unos meses, para mí uno de los rasgos más destacables de la literatura infantil es la indefinición genérica. Mientras que en la literatura para adultos la división por géneros, aunque siempre problemática, parece estar más firmemente establecida, en la literatura para niños, sobre todo en aquella dirigida a las primeras edades, parece existir una sana y positiva promiscuidad que luego poco a poco se va perdiendo en favor de categorías más estancas. Así, la narrativa infantil, ya sea el álbum o el cuento popular, usa muchos recursos propios de la poesía, como las estructuras de tipo repetitivo; la poesía es claramente la narrativa en la medida en que con frecuencia incluye personajes, una ubicación temporal y cuenta una historia; y el teatro suele incluir muchas veces un narrador que introduce la acción. Este mismo blog es una muestra de lo que acabo de explicar, pues en muchas ocasiones he reseñado obras que no son poemarios sino álbumes, pero que, por algunas de sus características, tienen puntos de contacto con el género lírico.
     Vuelve a ocurrir lo mismo con el libro que hoy me ocupa,  La Reina del Turnedó, ya que no es fácil establecer a simple vista a qué género literario pertenece. 
     ¿Qué es La reina de Turnedó? La propia editorial lo llama poema escénico, un término que en principio no aclara demasiado las cosas porque es de por sí bastante difuso, pero que nos ayuda a localizar la obra de Gloria Sánchez y Pablo Otero en un lugar intermedio entre el género lírico (al cual remite la primera parte del término) y el dramática (al cual alude la segunda). 
    En palabras de Amaia Riesco, en su artículo, "El poema escénico: un género híbrido", "el poema escénico es un género adscrito a la lírica pero que, sin embargo, ha buscado dramatizar la liricidad a través de mecanismos expresivos de los que se ha servido habitualmente el drama como el diálogo y el monólogo dramáticos, al división en escenas, los interlocutores ficticios, etc". Así, pues, el poema escénico participa de lo lírico y lo dramático al mismo tiempo, y eso mismo ocurre en La reina del Turnedó en diversos grados de proporción. Pero lo más curioso es que este libro no solo sería un híbrido de poema lírico y obra dramática, sino también de libro-álbum, lo cual resulta curioso a la par que fascinante, en la medida en que algunos de los recursos que dan carácter dramático al libro, como la división en escenas, encaja con la división en secuencias propia del álbum y en general de las narraciones para primeros lectores. En esta obra se produce además una confluencia de géneros más compleja aún, en la medida en que muchos de los recursos que son propios de la poesía popular, en la que se inspira claramente el libro, son a su vez propios también del álbum ilustrado, de tal manera que podríamos calificar esta libro de álbum-poema escénico.
    Del género dramático tiene esta Reina del Turnedó sin duda alguna la división en escenas, así como la fórmula de apertura ("Señoras y señores") que inaugura un tipo de texto esencialmente (re)presentativo, esto es, en el que las acciones se presentan ante el público que, además, está explícitamente representado al final de cada secuencia, a pie de página, donde, a modo de contrapunto interactivo y por supuesto metaficcional (un rasgo, por otro lado, muy frecuente en el teatro infantil), se incluyen comentarios que guían al público-lector y lo animan a participar en la propia historia que se despliega más arriba. Dichos comentarios o subrayados son siempre de tipo onomatopéyico, y contribuyen, pues, a dar ambiente sonoro al poema, y a que el libro sea apto para ser leído conjuntamente e incluso representado. 
    Del género lírico tiene esta Reina del Turnedó una serie de recursos claramente deudores de la poesía popular, como la estructura acumulativa (en cada secuencia se van añadiendo nuevos elementos a la enumeración creciente en la que se basa todo el texto) y el uso del sinsentido, dentro de una estructura en la que interesa más el ritmo y la sucesión de elementos, el hecho de que el lector pueda ir adelantando lo que va a pasar, que la historia en sí, aunque sí haya una historia: absurda, claro, divertida y algo descabellada, pero historia al fin y al cabo. Por eso, en este libro tampoco está ausente el género narrativo, que es sin duda el que más contamina toda la literatura infantil, hasta el punto de que, como he dicho más atrás, tanto la lírica como el teatro infantil suelen acusar la influencia de la narrativa. Aquí encontramos la presencia implícita de un narrador que presenta la historia, de tal manera que es el que describe las acciones de los personajes y el que introduce sus diálogos. Y también tenemos una trama, con una evolución clara, una linealidad evidente que nos lleva hasta un final que no solo cierra, de forma circular, todo el libro, sino que  es además metaliterario, pues en él se  repiten los mismos versos que aparecen casi al principio ("Esta es la princesa / que guarda la vaina / de la mata del jardín / de la reina de Turnedó"), pero con un añadido: "Este cuento está contado (...) / ¿Saben quién me lo enseñó? / La niña princesa / que guarda la vaina / de la mata del jardín / de la reina de Turnedó"). 
    Pero el carácter híbrido de esta obra aún va más allá, porque aquí se está uniendo la lírica popular infantil con el teatro y, en fin, con el libro-álbum, en tanto en cuanto se produce continuamente un diálogo con las ilustraciones, que ocupan generalmente las páginas impares, aunque en ciertas ocasiones invaden también las pares y, un par de veces, el texto desaparece para dejar paso a una imagen que invade la doble página. Una de esas veces se produce cuando la enumeración acumulativa ya está muy avanzada y, por lo tanto, es un acierto que la imagen nos ayude a visualizar todos los elementos que la componen; en otra ocasión, se trata de una ilustración más bien tipográfica, puesto que se reduce a uno de los sonidos onomatopéyicos ampliado y en letra más grande (un enorma "Pumba Plof").
    Las ilustraciones, por su parte, se caracterizan por una estilización muy acusada. Siempre sobre fondo blanco, están caracterizadas por un protagonismo absoluto de la línea sobre el color, y por el el bicromismo: líneas en negro sobre fondo blanco, que en ciertas páginas se adensan hasta ofrecer una masa tupida del mismo color y que otras veces están rellenadas con color rosa. Un primitivismo acusado que remite, en algunos momentos, a lo caricaturesco y en otras al cubismo, con aires claramente picassianos en algunas representaciones femeninas e incluso un guiño velazqueño (en el personaje del médico). Esta estilización cuadra a la perfección con un texto tremendamente depurado en sus formas, al igual que casa el primitivismo con la inspiración popular de los versos que se van sucediendo. De la misma manera, la superposición de elementos un tanto absurda del texto, o cual no importa jamás en la lírica popular porque a esta no hay que buscarle la lógica sino el ritmo, se corresponde casi punto por punto con la progresión de las ilustraciones. 
    En el fondo este libro no es más que un juego, y a jugar se nos invita ya este curioso artefacto genérico desde la cubierta, que remite a un tablero de damas o de ajedrez, con sus cuadrados blancos y rosas demarcados por líneas negras, los tres colores que van a ser protagonistas en las páginas interiores
   ¿Qué es, pues, La reina de Turnedó? Poema escénico, poema culto de inspiración popular, cuento absurdo, libro-ábum, canción popular, qué más da.  Quizás el mejor elogio que se le pueda hacer es que es muchas cosas y ninguna al mismo tiempo, y que se mantiene dentro de una rica indefinición que plantea interrogantes al crítico y, por lo tanto, enriquece al lector. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

El clásico de la semana es...

   
      Rayo de luz, una selección para niños y jóvenes de poetas románticos cubanos publicada por la editorial Gente Nueva, dependiente del Instituto Cubano del Libro, y que incluye poemas de José María Heredia, Gabriel de Concepción Valdés, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, Juan Clemente Zenea, Luisa Pérez de Zambrana y, por supuesto, Gertrudis Gómez de Avellaneda, la más conocida de todos ellos en España y de quien este año se celebra el segundo centenario de su nacimiento. De ella selecciono uno de sus poemas más conocidos, A él, incluido en la selección. 

A Él

No existe lazo ya: todo está roto:
plúgole al cielo así: ¡bendito sea¡
Amargo cáliz con placer agoto:
mi alma reposa al fin: nada desea. 

Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos:
¡nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
trague el olvido: el corazón respire. 

Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano. 

De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras. 

Quísolo Dios y fue: ¡gloria a su nombre!
Todo se terminó, recobro aliento:
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
ni amor ni miedo al contemplarte siento. 

Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay!, cuán triste libertad respiro...
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada
y en honda y vasta soledad me miro. 

¡Vive dichoso tú! Si en algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno. 

AA.VV., Rayo de luz (selección y notas de Amanda Calaña Carbonell; prólogo de Leonardo Padura Fuentes), La Habana, Editorial Gente Nueva, 2013. 

jueves, 20 de noviembre de 2014

La poesía ausente

     Con motivo del Día Internacional de la Infancia, en la página web de El cultural ha aparecido hoy Páginas para compartir, una lista de diez "bellos libros" de literatura infantil publicados en 2014 y elegidos por la colaboradora de dicha publicación Cecilia Frías. Según se sostiene en la introducción, se trata de "páginas para compartir por las noches con los más pequeños. Para leerles con calma en el sofá. Para introducirles en el placer de la lectura. Porque, no lo olvidemos, ellos son los lectores de mañana". Repasada la lista, no queda más remedio que concluir que los niños de mañana no leerán poesía y que a los lectores adultos de hoy, por lo visto, eso mismo no les importa en absoluto.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El clásico de la semana es...



       Ya se murió el burro, una canción popular española muy conocida que viene a cuento porque creo que forma un perfecto díptico de tema mortuorio con el poema de Emily Dickinson que fue el clásico de la semana pasada, y porque tiene dos versos realmente antológicos en su lapidaria y estoica sencillez: “Ya lo llevo Dios / de esta vida miserable”. 

Ya se murió el burro
que acarreaba la vinagre,
ya lo llevó Dios
de esta vida miserable.

Estribillo
Que tururururú,
Que tururururú,
Que tururururú,
Que tururururú.

Él era valiente,
él era mohíno, 
él era el alivio
de todo Villarino.

(Estribillo)

Gastaba polainas,
chaqueta y chaleco
y una camisola
con puños y cuello.

(Estribillo)

Llevaba anteojos,
el pelo rizado
y en las dos orejas
un lazo encarnado.

(Estribillo)

Estiró la pata,
arrugó el hocico,
con el rabo tieso
decía: -¡Adiós, Perico!

(Estribillo)

Todas las vecinas
fueron al entierro
y la tía María
tocaba el cencerro.

(Estribillo).

martes, 4 de noviembre de 2014

Premio de poesía infantil "El príncipe preguntón"


 
    Como apoyo a la creación literaria y al fomento de la lectura entre los niños, el Area de Cultura y el Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación de Granada convocan la VIII edición del premio de poesía para niños El Príncipe Preguntón de acuerdo con las siguientes bases:

    1. Podrá participar en este premio cualquier persona residente en España, mayor de edad, con un único libro, original, inédito y no premiado antes. Quedan excluidos los ganadores de anteriores convocatorias.

   2. Pueden concurrir exclusivamente libros de poesía para niños escritos en español.

   3. Las obras impresas se presentarán por triplicado, en formato A4 y encuadernadas. En la portada constarán el título y su autor. A modo de orientación, su extensión puede oscilar entre los trescientos y los seiscientos versos. Cada participante deberá adjuntar aparte sus datos personales: breve nota bibliográfica, fotocopia del DNI o pasaporte, domicilio, teléfono y correo electrónico.
Las obras que se remitan impresas se enviarán al Registro General de la Diputación de Granada (calle Periodista Francisco Barrios Talavera, 18014 Granada). En su exterior deberá constar claramente que optan al “VIII Premio de Poesía para Niños El Príncipe Preguntón”. También podrán presentarse en cualquiera de las otras formas previstas en el artículo 38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

   4. Las obras también podrán presentarse como archivo digital en formato PDF protegido contra modificaciones pero con permisos de impresión habilitados. Además, se enviarán en fichero PDF aparte los datos personales: breve nota biobibliográfica, digitalización del DNI o pasaporte, domicilio, teléfono y correo electrónico. El nombre del fichero que contenga la obra será el del título de esta. El nombre del fichero que contenga los datos será el de la obra seguido de la palabra datos.
Las obras en formato digital se enviarán a la dirección publicaciones@dipgra.es con acuse de recibo. En el cuerpo del mensaje se harán constar el nombre de la obra y el autor. En el asunto del mensaje figurará “VIII Premio de Poesía para Niños El Príncipe Preguntón”.

   5. La convocatoria, abierta desde la fecha de publicación de estas bases en el Boletín Oficial de la Provincia de Granada, concluye el día 19 de diciembre de 2014. Se entenderán dentro de plazo los libros recibidos antes del 20 de diciembre de 2014 o aquellos cuyo matasellos de Correos sea anterior a esa fecha.

   6. El jurado del premio estará formado por tres miembros: el diputado del Area de Cultura y Patrimonio de la Diputación de Granada o persona en quien delegue, el autor ganador de la anterior edición del premio y un especialista en literatura infantil y juvenil.

   7. El premio está dotado con tres mil euros y la publicación de la obra ganadora en la colección ilustrada El Príncipe Preguntón de la Diputación de Granada, que se encargará de la difusión y distribución del libro como parte de su catálogo. El premio se puede declarar desierto. El fallo del jurado se hará público la primera semana de marzo de 2015 y se comunicará personalmente al ganador.

   8. Las obras impresas no seleccionadas podrán ser retiradas, por el autor o persona debidamente autorizada, en el departamento de Publicaciones del Area de Cultura de la Diputación de Granada (Palacio de los Condes de Gabia, Plaza de los Girones, 1, Granada) hasta el día 30 de abril de 2015, plazo a partir del cual serán destruidas. Las obras recibidas por correo electrónico y no seleccionadas serán destruidas en el plazo de diez días tras la publicación del fallo.

   9. Concurrir a este premio significa aceptar sus bases. El fallo del jurado es inapelable. Todas las incidencias no previstas en estas bases serán resueltas por el jurado cuando éste quede constituido o por la Junta de Gobierno de la Diputación de Granada.

   Fuente: Boletín Oficial de la Provincia de Granada (PDF)

domingo, 2 de noviembre de 2014

El clásico de la semana es...

      
       Because I could not stop for Death, de Emily Dickinson, porque estas fechas imponen poemas de tema mortuorio, y este es uno de los más bellos, misteriosos y sugerentes que conozco, sin dejar por ello de ser adecuado para niños por su narratividad. Y porque, a pesar de ello (o tal vez por ello), me parece totalmente adecuado para niños.  

Because I could not stop for Death – 
He kindly stopped for me –  
The Carriage held but just Ourselves –  
And Immortality. 

We slowly drove – He knew no haste
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility –  

We passed the School,
where Children strove
At Recess – in the Ring –  
We passed the Fields of Gazing Grain –  
We passed the Setting Sun –  

Or rather – He passed us – 
The Dews drew quivering and chill – 
For only Gossamer, my Gown – 
My Tippet – only Tulle –  

We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground – 
The Roof was scarcely visible – 
The Cornice – in the Ground –  

Since then – ‘tis Centuries – and yet 
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses’ Heads 
Were toward Eternity –

                *   *   *

Como yo no podía esperar al Señor Muerte –
Amablemente me esperó Él a mí –
La Carroza nos llevaba solo a Nosotros –
Y a la inmortalidad

Fuimos despacio – Él no tenía prisa
Y yo había dejado
Mi trabajo y mi ocio
Por Su Amabilidad –

Pasamos la Escuela donde los Niños jugaban
En el Recreo – en el Patio –
Pasamos los Campos del Grano Chismoso –
Dejamos atrás el Sol Poniente –

O mejor – Él nos dejó atrás a Nosotros –
El Rocío caía frío y trémulo –
De Gasa solo era mi Vestido –
Y mi Estola – de Tul –

Nos detuvimos ante una casa que parecía
Protuberancia en el Suelo –
El Tejado apenas era visible –
La Cornisa – en el Suelo –

Desde entonces – han pasado Siglos – y aún
Me parecen más cortos que aquel Día
En que vi las Cabezas de los Caballos
Entrar en la Eternidad

(traducción de José Luis Rey, perteneciente a las Poesías completas de Emily Dickinson publicada por Visor).